He dudado si publicar este post. No es tan común exponerse, hablar en voz alta de nuestros miedos, puede incluso que me arrepienta… Pero al final me he decidido, así que ahí va.

Pensaba que, cuando me hiciera mayor, cambiarían ciertas cosas. Que, por el simple hecho de convertirnos en adultos, desaparecerían la mayoría de nuestros miedos. Creía incluso que, cuando uno tiene hijos, simplemente aprende a tener más confianza y se desvanecen las inseguridades.

Inseguridad… Esa palabra que me persigue desde algún momento incierto.
A veces, convivimos en armonía. Yo por mi lado, ella por el suyo. Sé que está ahí, pero no le hago demasiado caso. Se mantiene latente pero sin llegar a asomar la cabeza del todo. Otras veces, aparece sin piedad y se cepilla la razón, la experiencia o cualquier recomendación, y arroya todo lo que encuentre a su paso.

Imaginaba que, pasados los veinte, ¡pasados los treinta!, uno deja de sentirse como un niño y aprende a confiar en sí mismo. En mi caso no. Todavía hoy, muchas veces, me siento igual que una niña, indefensa, absurda. Me doy cuenta y me digo «¿pero, por qué? no tiene tanta importancia, ¡¡no tiene mucho sentido que te sientas así!!». Y sin embargo, y por alguna misteriosa razón, no puedo evitarlo. Está demasiado dentro, es demasiado profundo. La emoción me invade y siento que puede conmigo. No consigo controlarlo.

Muchas veces, me he preguntado de dónde viene todo eso. Si de algo en concreto, de un cúmulo de situaciones, de los valores impuestos, las etiquetas… No es por evadir mi parte de culpa, sino más bien por buscar una posible explicación. Es frecuente que me sienta, no sé cómo decirlo… «menos que los demás».

Tengo la suerte de estar rodeada de gente maravillosa, gente que me cuida, que me quiere. Pero la inseguridad no atiende a razones, la muy canalla. Cuando aparece, me asalta sin avisar y entonces «me veo diminuta» y vence la sensación de que «tengo menos derecho que cualquiera». Da igual de qué se trate, a sentir, a ser, a estar… Simplemente, me siento inferior. No tiene demasiado sentido, no al menos de forma tan generalizada, soy consciente de ello, por eso me da tanta rabia tener la sensación de que algo se me escapa de las manos.

Os parecerá una locura, sé que más de uno se llevará las manos a la cabeza, pero, aunque no lo creáis, cuando leí acerca de lo importante que es la forma de nacer (un tema muy interesante, por cierto, seguro que os sorprendería), me dio por pensar que podía haber influido el hecho de haber nacido por cesárea. Porque no se pudo, porque no me dejaron, porque no me lo merecía… Como si no tuviese el mismo derecho que los demás… Lo digo en voz alta y me suena raro, muy raro, disparatado. Pero supongo que es algo inconsciente, que lo hacía intentando encontrar una explicación.

Nunca es suficiente. Da igual que los demás me digan que está bien, que no hay que compararse, que cada uno tiene su valor. Lo sé, lo veo en el resto, pero para mí no vale. Da igual que sepa con certeza que cada uno somos importantes, y genuinos, y especiales. Pero nunca es suficiente… Creo que por eso le tengo tanta manía a la competitividad, pero ése es otro tema, del que ya escribiré otro día.

Inseguridad. Esa palabra que me aterra legar, y contra la que lucho con afán y sin descanso (sin demasiado éxito por ahora, la verdad, aunque estoy convencida de que en algún momento caerá).

Y hasta aquí mi reflexión de hoy. Sólo espero que no dejéis de verme «con buenos ojos» ¿eh? 😛 Y siento el tostón, pero hay días que a uno le flaquean las fuerzas. Seguramente mañana estaré como una rosa, soy un poco bipolar, jaja… Además, no hay como sentarse escribir los miedos para volver a respirar con calma.

Os dejo también este vídeo que, más o menos, viene al caso. Sorprendente y revelador.

¡Feliz fin de semana!

12 comentarios

  1. Lara

    Hola, solo quería decirte que eres valiente y que la forma de nacer nos influye mas de lo que pensamos. Puedes buscar un camino que te acerque al porqué te pasa esto. Hay muchos caminos para averiguarlo, tú ya estas encontrando el que te sirve a ti.
    Un abrazo fuerte

  2. Montse

    Con relación a la influencia del modo de nacimiento en nuestra manera de ser, últimamente me ha dado por investigar sobre la BioNeuroEmoción, afirma que detrás de cada síntoma, hay una emoción asociada, y además tenemos información inconsciente familiar que de alguna manera heredamos.
    Sobre la inseguridad, vulnerabilidad… todos nos sentimos así a veces, cuando los miedos nos asaltan, un gran paso es reconocerlos y aceptarlos. Así que solo por eso, bravo! Y por compartirlo, gracias!

  3. Pilar

    Pues yo sólo puedo decirte que muchas gracias por compartirlo…..y que sí, también he leído, he escuchado sobre la importancia y la influencia que tiene el cómo nacemos en nuestra vida……No por mí, por mi hijo….(que nació por cesárea programada después de un embarazo de alto riesgo…..)
    Buscar, excavar, remover dentro de nosotros duele….pero dicen que del dolor se aprende…..
    Un abrazo enorme.

  4. Hola! lo primero gracias por compartir, también a mí me asalta la inseguridad muchas veces,a veces varias a a lo largo de un mismo día…
    eso que comentas de la cesárea, a mi me suena raro pero ahora menos, porque en una de las veladas que tuvimos hace no mucho tuvimos la suerte de tener de invitado a Javier Domingo (@javierdomingo) y el es experto en estos temas… creo que podría ser interesante que contactaras con él.
    Un abrazo grande y ánimo!!

  5. Creo que lo que nos hace personas es precisamente la irregularidad de nuestras emociones, la constancia es imposible, somos seres preparados para reaccionar emocionalmente según la circunstancia sino seriamos animales. Me siento identificada con lo que cuentas y en mi vida cada bache que supero con mas o menos éxito me hace sentirme cada vez con mayor seguridad, no obstante sigo sintiendo esa indecision en momentos a veces sin causa que la provoque. Pero lo importante no es el porque somos así sino el buscar nuestras propias estrategias o trucos que nos hagan superar ese sentimiento así crecer y evolucionar. Esto es muy difícil pero se puede hacer poco a poco.
    Para mi con este post me pareces más humana si cabe. Besitos y a por ello.

  6. Hola Celia, hablo de esta entrada en el repaso de blogs semanal de Bebés y más porque inseguridades tenemos todos. Incluso esos a los que ves tan seguros de sí mismos, muchas veces, flaquean. Si supieras qué pasa por la mente de toda persona verías que muchos viven más atormentados de lo que parece, y las razones son muchas: sus infancias, sus profesores, sus padres, los amigos, aquel chico que te rechazó, los anuncios de televisión, el modelo femenino de mujer delgada y estupenda superwoman, etc., etc., etc.
    El mundo está diseñado para crear hombres y mujeres infelices y inseguros. Sólo así se consigue que deseen siempre conseguir algo que no tienen, para tratar de llenar esos vacíos.
    Un saludo!

  7. Gracias por este post, me sorprende desde el momento en que yo me he sentido siempre muy como dices tú. Siempre pequeñita, no sé por qué, frecuentemente menos que los demás, y más fea, menos delgada, menos bonita, menos hábil, menos inteligente. Ya ves!! Y seguramente no todo, o no nada es siempre así. Pero te entiendo. Desconozco cuánto puede tener que ver el nacimiento en todo ello – yo nací de un parto natural – y cuánto las etiquetas, los valores, las exigencias, lo que vemos a nuestro altededor… y de nuevo, como tú dices también no pretendo desentenderme de la parte que me toca: también nuestra forma de ser. Porque no todos somos iguales, e incluso en la misma familia, los hermanos somos diferentes. No crees? Misterios de la inseguridad… Saludos

  8. Hola! Tenía pendiente visitar tu blog hace un tiempo y cuando entro descubro que hay personas con las que tenemos muchas más cosas en común siendo casi desconocidas que con amigos de toda la vida :-). Las inseguridades son el pan de cada día, el tema de la cesárea me tiene un poco tarada porque mis dos hijos nacieron así y un osteópata me comentó que les afectaba entre otras cosas porque había algo que le faltaba al bebé, NACER, ni más ni menos. Pasar por ese proceso de vida por lo visto es importante… así que a ver cómo carajo suplo yo eso ahora!!! y… de repente veo tu post sobre el GTD y digo «esto me suena», y es que yo también estuve en el encuentro de bloggers de madresfera!!! pues eso, que te sigo, que me gusta cómo escribes y que nos «vemos» por el 2.0. Un abrazo

  9. ¡Hola Belén! Así que encuentros cruzados, me encanta.
    ¿Sabes? Muchas personas me dicen que son inseguras y tuvieron partos naturales, así que eso me deja más tranquila, la verdad. De todas formas, tengo que investigar un poco porque me han hablado de formas de borrar la oxitocina del parto con homeopatía, por ejemplo. Es decir, que quizás sea posible sanar algunos partos pasados.
    Nos vemos por el mundo virtual, ¡un abrazo!
    Celia

  10. Qué interesante esto que me dices! si encuentras info, comparte!!! Feliz Navidad, guapa!

  11. Hola guapa, decirte que eres una valiente abriéndote así!! Y que yo me siento así como dices tú muchas veces 🙁
    También creo que tiene mucho que ver la manera en la que naces, aunque yo nací de forma natural, pero por mis hijos lo creo así.
    Besotes y ánimo para superar nuestros miedos
    Elisa

  12. Yarelis Avila

    Gracias, simplemente gracias… A veces necesitamos escuchar esto, es que te lanzas en esta aventura de vivir y aveces te quedas sin recursos, sin pensamientos de aliento que te digan lo buena y genial que eres, yo lo siento, siento que soy especial, pero aveces me siento gris, cansada, con tantas preguntas, lo estoy haciendo bien? Mis hijos son felices a causa de mi? … Tantas cosas que callamos, tarea dificil hacerlo público. Gracias por animarte, saber que no eres el único elefante rosa es grato, saludos desde Colombia, un beso!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *