Mi hermana Elisa siempre ha sido muy meticulosa. Hubo una época en la que hacía encuadernación manual y la verdad es que, a pesar de ser un trabajo artesano, cuando cogías sus cuadernos estaban absolutamente perfectamente bien rematados.
Pero eso ha quedado atrás, porque desde hace unos años se ha pasado al mundo del patchwork (seguramente a raíz de la entusiasta afición de nuestra madre), y ahora son ambas quienes comparten trucos, retales y ferias temáticas.
¿Qué es el patchwork?
Para quien no lo conozca, el patchwork es una técnica de costura antiquísima donde se montan piezas a partir de retales o trozos de tela. Seguro que os suena alguna de esas historias donde se hacían edredones con trozos de tela de varias generaciones de una familia, y cosas así.
Es todo un universo, y además se hace de manera muy minuciosa y cuenta con un sinfín de patrones. Se suele coser de forma artesanal, por eso cada pieza es única, de ahí que las colchas de patchwork confieran esa sensación de hogar y bienestar a los espacios que habitan.
EliQuilter, acolchados con amor
¿Y por qué cuento todo esto? Pues porque ahora mi hermana ha decidido dejar el miedo a un lado (o quizás abrazarse a él) y lanzarse con su propio proyecto, EliQuilter, para acolchar colchas de patchwork (valga la redundancia) en su taller de Madrid.
Aquí os dejo algunos de sus últimos proyectos y su web y su Instagram por si os apetece seguirle la pista.
¿Y a qué no adiviáis quién le ha hecho la web y las fotos? Jajaja… La verdad es que hemos hecho un par de sesiones de foto y, aunque han llevado tiempo de preparación, el resultado es muy agradecido. Al final, optamos por la opción del «menos es más» para darle más visibilidad al producto y dejar el resto en un segundo plano. ¿Qué os parecen, os gustan?
