De repente, todo encaja. Desde que Elena era muy pequeñita, ha habido una cosa que me ha estado atormentando. En ocasiones, gruñía. No era como otras veces que lloraba porque tenía sueño, o tenía hambre, o le molestaba alguna cosa. Simplemente gruñía. Y yo me preguntaba una y cien veces ¿pero, por qué será? ¿seré...