No siempre lo más urgente es lo más importante

No siempre lo más urgente es lo más importante

Siempre hay algo por hacer. Al menos a mí me pasa. Ordenar alguna cosa, llamar a alguien, arreglar algo… Y a veces cometo el error de estar pensando en lo que tengo que hacer en lugar de estar en lo que estoy, como cuando juego con mi pequeña. Y luego me arrepiento porque me digo a mí misma ¿necesito «terminar» todas esas cosas para, después, volver a ponerme con lo que estoy haciendo ahora?

Dicen que la felicidad consiste en disfrutar de lo que estás haciendo en ese momento, aunque sea barrer. Si estás haciendo algo maravilloso pero imaginando que haces otra cosa eres menos feliz que si, por ejemplo, estás barriendo y piensas en que estás barriendo. Por eso me gusta darme cuenta de las cosas que hago mientras las estoy haciendo. En esas andamos.

Y es que, bien es cierto que «no siempre lo más urgente es lo más importante».

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