Cuando tienes hijos, en ocasiones se pueden vivir situaciones de estrés en casa. Se junta nuestro cansancio, las necesidades de nuestros niños (que requieren que sean satisfechas de inmediato), el desorden, las obligaciones y otras preocupaciones. Por desgracia, muchas veces pagamos nuestros enfados con quien menos lo merece. Yo muchos días me aventuro a opinar en el blog sobre lo que está bien o lo está mal, pero la verdad es que soy la primera que no siempre mantiene la calma tanto como quisiera.
Podéis leer aquí un artículo de Tenemos Tetas sobre cómo cultivar la paciencia en la crianza y, además, os copio más abajo 7 herramientas que nos ayudarán a establecer un ambiente más relajado en casa, donde todos saldremos ganando.
Nuestro hogar es nuestro refugio y es muy importante que procuremos para nuestros pequeños un ambiente relajado. No hay nada mejor que crecer en un entorno tranquilo y feliz, así que aquí van mis 7 propuestas.
1. Anticiparse
Después de casi dos años, puedo asegurar que la anticipación es una de las mejores llaves para esquivar los conflictos. Por ejemplo si, como en nuestro caso, el hecho de vestir a nuestra hija nos suponía todo un despliegue de ocurrencias, lo más fácil será reservar un tiempo para ello en lugar de pretender hacerlo rápido y terminar todos enfadados porque llegamos tarde.
2. Hablar (bajito)
Como nos cuenta Pilar de Maternidad Continuum en este post, los gritos son violentos, estropean el ambiente familiar y no enseñan nada. Es importante hablar y que cada uno exprese sus emociones y necesidades, pero de forma tranquila. Nosotros mismos, nos tomamos mucho mejor y más en serio las cosas cuando nos las dicen bien que cuando nos hablan de malas formas. Como os conté en el artículo de inteligencia emocional, no es tan importante «lo que se dice» sino «cómo» se dice y, por supuesto, esto es aplicable tanto para niños como para adultos.
3. Ser flexible
Agarrarnos a nuestras ideas sin permitirnos cambiar de opinión o, al menos, ceder no nos traerá más que disgustos. Negociar será otra de nuestras mejores herramientas. Si entrenamos el arte de llegar a acuerdos con nuestros pequeños habremos logrado un gran avance en la convivencia familiar. A veces, por temor a que los niños tomen el control, no nos permitimos ser flexibles y, sin embargo, es el modo en el que conseguiremos vivir en armonía. Cuando nos encontremos con un problema, cada una de las partes ha de ceder un poco hasta llegar a un consenso común y así nadie sale perdiendo.
4. Empatizar
Siempre hay que ponerse el el lugar del otro. De otra forma ¿cómo vamos a entender su postura y a fomentar una convivencia saludable? La empatía es imprescindible en cualquier relación humana.
5. Buscar ayuda
Un poco de ayuda nunca viene mal. Cada uno decide cuándo y para qué, pero no somos robots y, que nos echen un cable de vez en cuando, nunca está de más.
6. Despejarse
Cuando se nos juntan varias cosas (trabajo, nervios, cansancio, preocupaciones, estrés…) lo más fácil es sacar toda esa mala energía con quien más confianza tenemos y también con quien menos lo merece. ¿Qué tal despejarse un poco? Algo de aire fresco, salir, quedar con un amig@, hacer algo de deporte o darse una buena ducha nos puede venir genial para liberar toda esa tensión acumulada.
7. Tomárselo con humor
Hace unos días, le dediqué un post al sentido del humor. Llevo un tiempo procurando incorporarlo lo máximo posible a mi rutina diaria y es realmente divertido y liberador. No hay nada como reírse de uno mismo para relativizar y suavizar el ambiente.
Como siempre digo, no es igual la teoría que la práctica, pero planteárselo ya es un paso. Lo más importante es darnos cuenta cuando vamos a meter la pata, respirar profundamente e intentar gestionar esa negatividad como mejor podamos, evitando salpicar a quien no tiene culpa. La mejor educación es el ejemplo.
Espero que hayáis disfrutado la Semana Santa. ¡Feliz lunes y buen comienzo de semana!
Estoy contigo…. Calma total….
Lola
¡Buenos consejos! A ver si somos capaces de seguirlos al pie de la letra.
Impecable entrada. Mi enhorabuena. Comparto contigo cada una de las herramientas que a lo largo de la crianza de mis 3 hijos he podido comprobar lo tan necesarias que son.
Quiero seguirte, ya mismo paso a suscribirme!
bss
Mica
Este es el tercer mensaje que te dejo hoy, pero acabo de descubrir tu blog, epero que me perdones la insistencia.
Estaba pensando por qué me gusta tanto, cuando muchas de las cosas que dices ya las he leído en otras partes y con algunas otras no estoy totalmente de acuerdo y, leyendo este post, me he dado cuenta de que es porque todo lo que dices lo dices con respeto y, sobre todo, partiendo de la base de que, por más que nos informemos y sepamos las cosas que son más beneficiosas para nuestros hijos, somos seres humanos y no siempre vamos a ser capaces de hacerlas… ¡y tampoco se muere nadie! Creo que es muy positivo tener información y una idea fundamental de por dónde quieres llevar la crianza de tus hijos, pero también que no conduce a nada ser increíblemente exigentes con nosotr@s mism@s y sentirnos como una mierda si un día nos saltamos a la torera nuestras propias normas porque no podemos con la vida o porque nos han mirado con ojitos del gato de Shrek.
En otros blogs veo un nivel de exigencia hacia los padres (más bien y sobre todo hacia las madres) que me genera ataques de ansiedad con solo abrirlos. Enhorabuena por tu tono tranquilo, didáctico y respetuoso.
¡¡Muchas gracias a ti!! Me encantan vuestros comentarios siempre, enriquecen el blog y me ayudan a saber qué pensáis los demás. El respeto me parece básico, especialmente porque yo soy la primera que a veces no sabe hacer las cosas como me gustaría, así que mucho menos para decirles nada a los demás. ¡Un abrazo y comenta siempre que quieras!