A mi hija le encanta jugar a «los personajes». El otro día nos intercambiamos los papeles y a mí me tocó hacer de ella y a ella de mí. Cogió un teléfono de juguete y me dijo que le preguntase si quería jugar con ella, así que yo le dije «Mamá, ¿jugamos?», a lo que me respondió «No puedo, estoy hablando, hija».

Me quedé a cuadros. Me hizo mucha gracia pero al mismo tiempo me sorprendió un montón. «¿Acaso yo hablo tanto por teléfono?», pensé. Tendré que planteármelo.

Hace tiempo, a veces su padre y yo jugábamos a imitarnos, en plan broma. Era como hacer una caricatura del otro y la verdad es que nos moríamos de la risa. Sin embargo, al mismo tiempo, era una forma divertida de ver nuestros propios defectos y de tomar conciencia de ellos. Algo así como decirle al otro lo que no te gusta o te molesta de él, pero sin herirle.

Por eso el otro día, cuando jugaba con mi pequeña, pensé que era una buena forma de averiguar cómo nos ve ella o cómo se siente en determinadas situaciones. De modo que ahora, cuando me toca «hacer de hija», aprovecho para preguntarle a través del juego cuestiones que pienso que de otra forma no sabría responderme, como por ejemplo cómo se siente cuando tengo al bebé en brazos y cosas así.

De hecho, últimamente, escuchándola jugar me doy cuenta de cosas que yo misma digo y de las que no siempre me siento orgullosa. Está claro que nuestros hijos son nuestro mejor espejo, un lugar donde poder verse reflejado y aprovechar para mejorar (nunca desde la culpa, sino siempre desde el deseo de hacer las cosas un poco mejor).

Reconozco que una de mis tareas pendientes es aprender a reírme más de mí misma y a tomarme ciertas cosas con más humor, pero eso de jugar a imitarnos siempre me ha parecido divertido y catártico. Me ayuda mucho.
Podéis probarlo, y me contáis.

¡Feliz martes!

3 comentarios

  1. No hay nada mejor que aprender de los pequeños, nos dan cada lección que te quedas a cuatros Jajaja

  2. Me parece una idea genial. La peque aún no habla pero más adelante jugaremos seguro.
    Pero se lo contaré a mis amigas que tienen hijos más mayores.

  3. La que no habla es mi peque.
    No sé que he hecho que se ha cortado el comentario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *