La mejor guardería, tu casa

La mejor guardería, tu casa

Eulàlia Torras es médico, psiquiatra y psicoanalista. Posee una Fundación dedicada a la atención piscológica y psiquiátrica de niños, adolescentes y familias. Ha publicado numerosos trabajos, entre ellos este pequeño libro, cuya idea nació a raíz de una entrevista que realizó para La Vanguardia en la sección «La Contra».

El título del libro lo dice todo. En definitiva, habla de lo que se resume en la entrevista que os copio más abajo; los inconvenientes de abusar del uso de guarderías dado que éstas atienden a las necesidades de los padres pero no a las necesidades de los bebés y los niños pequeños.

La tendencia actual es enviar a los niños cada vez más pronto a las instituciones cuidadoras. Según las conclusiones de las investigaciones de Jay Belsky, el resultado es el riesgo psicológico que representa para los bebés de nueve o diez meses asistir a guarderías más de diez horas semanales. Veinte horas por semana supone una situación de riesgo y a partir de treinta horas asegura que habrá problemas de agresividad y reacciones antisociales y de desadaptación. A medida que aumentan las horas, aumentan los problemas de conducta y su gravedad.

A menudo estas reflexiones tan radicales me parece que lo único que consiguen es dogmatizar qué es lo bueno y lo malo, sin tener en cuenta cada situación familiar concreta, que bajo mi punto de vista es lo importante. Pero yo os cuento lo que dice el libro.

Se suele hablar de que los niños criados en guardería son más independientes y sociables pero, según estos estudios, hay muestras evidentes de que terminan desarrollando mucha más necesidad, reclaman mucha más atención y sus demandas deben ser atendidas inmediatamente. Se vuelven fácilmente celosos, se peleaban a menudo y son desobedientes, desafiantes y agresivos.

Por todo esto, se incide tanto en la edad en la que el niño comienza a asistir a la institución, desaconsejando totalmente hacerlo dentro del primer año.

Los experimentos que ha realizado Rygaard con chimpancés, demuestran que la separación precoz produce alteraciones del electroencefalograma y que se mantienen aún después de que se recupere el contacto, así como una disminución de la función inmunitaria y, por tanto, una tendencia mayor al contagio de enfermedades.

Como podemos ver, diversos estudios demuestran la importancia del apego para un desarrollo saludable y, sin embargo, se obvian estos conocimientos y seguimos actuando como hasta ahora. Eulàlia aboga por cambiar los modelos establecidos y reivindicar como padres el derecho de un respaldo real y necesario por parte del estado. Ayudas laborales y económicas para conseguir una auténtica conciliación entre vida familiar y laboral.

Sabemos que nuestros bebés están mejor con sus papás pero ¿hacemos algo por cambiarlo? Tenemos que luchar por modificar los patrones en lugar de quedarnos de brazos cruzados.

Entrevista para La Vanguardia

¿Qué tiene de malo una guardería?
Es algo que necesitan los padres…, pero no es lo que necesita un bebé.

¿Y qué necesita un bebé?
La cercanía cálida, constante y segura de sus amorosos padres.

Pero si los padres no pueden…
Dejan a sus bebés cada vez más tempranamente en guarderías, sin calibrar las consecuencias…

¿A qué edad entran los bebés en guarderías?
¡Con cuatro meses! Algo impensable hace 40 años…

¿Y qué consecuencias tiene esto?
Mala crianza. Asumimos como normal que nuestros bebés enfermen, ¡y no lo es!

¿Enferman por culpa de la guardería?
Multiplica las posibilidades de enfermar: el bebé está más expuesto a gérmenes… y, sobre todo, más propenso a toda afección.

¿La guardería acentúa la propensión a enfermar del bebé?
Sí. El propio hogar, los brazos de mamá y papá, un círculo reducido de personas… ¡eso es lo que fortalece emocional, cognitiva y físicamente al bebé! La guardería, en cambio, puede comprometer su desarrollo.

¿Tanto como eso?
El ingreso en la guardería lo hace retroceder temporalmente en competencias que está adquiriendo, como hablar, caminar…

¿Por qué?
Un entorno estable proporciona seguridad al bebé, seguridad que lo anima a explorar: así madura bien. Alterar su entorno le resta seguridad, lo que frena su desarrollo.

¿No está dramatizando, doctora?
Lo confirman los últimos hallazgos en neurociencias y psicología evolutiva.

¿Me los resume?
De los cero a los dos años, cuando más plástico es el cerebro, las neuronas del bebé se desarrollan según la calidad de los estímulos que recibe por interacción con las personas centrales de su mundo: abrazos, achuchones, caricias, risas, balanceos, movimientos, sonidos, voces, cantos, palabras, mimos, cariños, músicas, olores, colores, sabores…

¿Y besos?
Y besos. Todo eso sofistica y enriquece su sistema neural y nervioso, el sistema desde el que establece su relación emocional y cognitiva con el mundo y consigo mismo.

¿La guardería no da esos estímulos?
Imposible en grado óptimo, improbable en el necesario, difícilmente con la intensidad y calidad de unos papás atentos y amorosos.

Ya no existen a tiempo completo.
Y quizá por eso llegan cada día a las consultas más psicopatologías en niños cada vez menores… ¡España es ahora el tercer país que más psicofármacos receta a menores! Cortamos síntomas sin analizar causas.

También padecemos en España un elevado fracaso escolar.
Tampoco analizamos causas, preferimos castigar o etiquetar: “trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, y medicar.

Ir pronto a la guardería ¿no garantiza una mejor escolaridad ulterior?
No. Hay que escolarizar al niño justo cuando empieza a quedársele pequeño su hogar.

¿Y a qué edad sucede eso?
No antes de los tres años.

¿Tan tarde?
En Finlandia los padres no están obligados a escolarizar a sus hijos ¡hasta los siete años! Y Finlandia es el país con menos fracaso escolar de Europa, vea el informe PISA.

Seguro que concurren otros factores…
El principal es que el Estado sufraga durante el primer año a los padres. Y luego permite horarios laborales intensivos o reducidos. Así, ¡los padres pueden criar a sus hijos! Y un niño bien criado en casa llegará a la escuela muy estimulado, con ganas de descubrir. Y aprenderá más y mejor.

O sea, que deberíamos mimar al bebé.
Atender sus necesidades de hambre, sueño y –sobre todo cariño. No es sobreprotegerlo, ¡es protegerlo de lo que vendrá! Porque el niño así criado gozará de estabilidad emocional, autoestima y coherencia: estará bien preparado para los reveses que vendrán.

¿Y no será así si se ha criado con mucha guardería o en un orfanato?
La pobreza de estímulos empobrece su desarrollo: serán niños poco orientados, intemperantes y más agresivos, más vulnerables a la frustración, más depresivos…

Diga algo bueno de las guarderías.
Muchas tienen excelentes cuidadoras, pero repartirse entre tantos niños imposibilita la calidad de la atención personalizada.

Mejor una guardería que algún hogar.
Ante un hogar con abandono, conflicto permanente y agresividad crónica, ¡mejor una guardería, sí! La guardería es útil en ciertos casos y momentos, pero no es la opción principal para criar saludablemente a un bebé.

Envíe un mensaje a los padres.
Uno de la doctora Julia Corominas: “Dedicar tiempo a los hijos de pequeños os ahorrará mucho tiempo cuando sean mayores”. Ahorro en salud física, mental y emocional.

¿Qué haría si mandase en España?
En vez del populismo político de inaugurar guarderías, subvencionaría a los padres para que dedicasen tiempo a criar a sus hijos hasta los tres años: ¡eso sí sería progresista!

En algo sí habremos progresado en los últimos 40 años..
Sí: en conocimiento. Sabemos cómo optimizar el desarrollo de los niños. ¿Por qué no lo  aplicamos? ¿Queremos su felicidad futura?

Al final del libro, Eulàlia recoge algunas de las opiniones de padres y profesionales que respondieron en Internet en relación a este artículo. En una de ellas, un educador infantil reconoce que, a pesar de estar orgulloso de su trabajo y el de sus compañeros, no puede más que estar de acuerdo.

Está claro que, por muy profesional y mucha vocación que se tenga, no se puede atender igual a cada bebé si estás a cargo de ¡por lo menos cinco! «El problema es que hemos aceptado como normales unas condiciones laborales y de atención absolutamente irracionales, pero ha llegado el momento de cuestionarse si el objetivo es que de forma universal los bebés de 17 meses estén en centros o con sus madres/padres».

Por último, y para que conozcáis un poco más a la autora de este libro y su trabajo, os dejo el vídeo de la entrevista que le hicieron en el programa «Para todos La 2».

**El vídeo ha sido borrado de youtube

7 Comments

  1. Estoy haciendo una visita por tu blog. Y viendo esta entrada, la verdad te digo que mi hija ha necesitado la guardería como el agua..Contacto con otros niños, imitación…ha avanzado mucho. Prefiero tenerla conmigo pero entre el trabajo y que ella tiene TGD lo mejor era integrarla con sus iguales. Me parece muy intereante tu blog…Me lo guardo en mis habituales. Un saludo.

  2. Muchas gracias por tu comentario, María. Claro que creo que el contacto con otros niños es bueno y les hace avanzar más rápido. Lo que pasa es que el libro habla de que cada vez se lleva a los bebés más temprano, incluso desde los cuatro meses y se hace necesario ampliar los permisos de maternidad y paternidad. Estoy segura de que para Elena es bueno relacionarse con otros niños y demás, pero queremos esperar un poquito más. Me alegro mucho de que tu niña haya avanzado un montón y también me apunto tu blog. ¡Un beso!

  3. Soy madre de dos niños uno de 3 años y una de un año, soy ingeniera en sistemas, y he sido muy criticada porque a pesar de tener una carrera no la he ejercido pues decidi quedarme en mi casa con mis hijos, siempre he pensado que un niño esta mejor en casa, sin embargo, la sociedad hoy critica mucho a quienes como yo decidimos estar en casa, ahora que veo este articulo creo que he tomado la mejor decision del mundo, siempre he dicho que todo llega a su tiempo y los niños hacen las cosas cuando estan preparados. Gracias, empezaba a tener dudas si habia tomado la decision correcta.

  4. Voy llegando por aquí desde México y un poco tarde jeje (2019 casi 2020)
    Tengo 4 niños y desde el primero decidimos que me quedaría en casa con él (y después ellos). El mayor ya tiene casi 9 y el pequeño 2. Últimamente me he estado preguntando si quedarme en casa fue la mejor decisión… porque a veces siento que me sobrepasan los pleitos de los niños, la casa sucia siempre, me agota tener que estar diciendo lo que hagan y me siento mala madre.
    Claro que hay momentos muy buenos donde todos jugamos y reímos. Y lo que dices me ha caído como una palmadita al hombro de que lo estamos haciendo bien por ellos. No habrá mucho dinero para gastar pero estamos juntos, y cuando entran en alguna «crisis» estoy ahí para abrazarlos (aunque el mayor reniegue un poco) o cuando los de en medio se pelean porque buscan ganar atención y les doy mi atención a los dos y los beso, o cuando el pequeño solo quiere los brazos de mamá para dormirse, ahí estoy.
    Voy a buscar el libro y a seguir los pasos actuales de ustedes.
    Mil gracias por este artículo.

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