Estos días estamos leyendo «Cómo obtener lo mejor de tus hijos», un libro de Tim Seldin que, por desgracia, lleva un tiempo descatalogado. Si os interesa quizás podáis encontrarlo con algo de suerte en alguna biblioteca.
Trata, entre otras cosas, sobre cómo incorporar de forma sencilla el método Montessori en el hogar, y nos está gustando mucho. Además, es genial porque podemos poner en práctica tanto las recomendaciones para bebés como las de niños más mayores (porque tenemos uno de cada :P).
En este caso, quería hablaros de las cajas sensoriales para bebés. Guille aún no gatea, pero ya le hemos puesto un colchón en el suelo y hemos colocado un espejo de plástico a su altura (¿os acordáis de aquel post sobre montessorizar un dormitorio infantil?). También tenía preparada una cesta a su alcance con varios juguetes blanditos para bebés, pero la estamos cambiando de arriba a abajo.
Al parecer, hasta los seis años de edad, el sistema nervioso se encuentra en pleno desarrollo y, si lo estimulamos a través de los sentidos, conseguiremos fortalecerlo y reforzarlo. Esa educación sensorial que el bebé desarrolla día a día, comienza desde su nacimiento en el primer contacto con la piel, los primeros sonidos, los olores…
Más tarde, y con el sentido de la vista más desarrollado, empezarán a llamarle la atención los estímulos visuales, comenzará a «testar» todo a través de la boca y, en definitiva, a palpar y a descubrir el mundo que les rodea y que tienen a su alcance (los bebés acostumbran a llevarse todo a la boca porque es su forma de entender de qué están hechas las cosas, su textura, su sabor… y es preferibles dejarles porque, salvo que sea algo que realmente suponga un peligro para ellos, les permitimos aprender y descubrir su entorno).
La cesta de los tesoros
Cuando comienzan a sentarse, es un buen momento para prepararles una cesta de los tesoros. Consiste en una cesta o caja no muy alta donde se colocan «diferentes objetos domésticos y elementos de la naturaleza» (de un tamaño suficiente para que puedan agarrarlos bien y, por supuesto, que sean seguros), con distintas formas, tamaños, olores y texturas. Pueden ser objetos naturales, de metal, de cuero, de tela, de madera…
Su fin es estimular los sentidos saboreando, escuchando, oliendo, tocando y observando a través del interés que genera cada uno de esos «tesoros».
Es curioso porque, nada más leerlo, le dimos a Guille un palo pulido de madera que tenemos en casa y, tal y como decía el texto, le llamó mucho la atención, se entretuvo varios minutos con él. Y es que, normalmente, la cesta de los tesoros suele suscitar bastante interés en los pequeños. ¡Probadlo y me contáis!
La recomendación es reunir entre cincuenta y cien objetos diferentes, así que agudizad la vista y a ver qué se os ocurre (una pinza de la ropa, una esponja, un pompón, una piña, un pincel de repostería…). Nosotros estamos en ello, no sé si llegaremos a tanto…
La cesta de la foto está a la venta en la página de Mamá Luz. Incluye 23 objetos de materiales naturales.
¡Feliz martes!
Gracias por compartir!! Cachorro no gatea todavía pero tiene todas sus cositas a su altura… A ver si encuentro el libro parece interesante. Un abrazo
Bonjour Celia!
Me ha encantado la idea y mañana mismo pienso ponerla en práctica … seguro que a Emma le encanta descubrir cada mañana nuevos tesoros en su caja. Usaré una que tiene blandita y ya te contaré que tal.
Voy a dar una vuelta por las habitaciones a ver que veo, jejejej
Gracias por el post, es genial.
Un abrazo,
Noelia
En la guardería hicieron eso, era un juego que no recuerdo el nombre, cada familia teníamos que levar 5 elementos de la vida cotidiana, y ellos se encargaban de dejárselo al alcance, para que tocaran, conociesen, etc. el sedo año los organizaban por grupos, la madera, el plástico, etc…o familias, utensilios de cocina, baño, etc… me pareció genial.
¡Súper interesante! Y bastante facilón, no se hace pesado, a ver si hay suerte. ¡Otro abrazo!
Exacto, nosotros también estamos mirando con nuevos ojos toda la casa buscando tesoros, jajaja… ¡Gracias a ti Noelia, un beso fuerte!
Qué divertido que lo hicieran en la guarde, además llevando cinco objetos cada familia seguro que juntaríais un montón de ideas. Gracias Almudena, ¡besos!
La canasta de tesoros es lo más. Acá les dejo imágenes de mi Pinterest de las que me inspiraron para armar las de Ana. http://es.pinterest.com/tanbreve/canastas-de-tesoros-busy-bags-y-otros/
Además de estimular sentidos, ayudan básicamente a:
a) no comprar tantos juguetes sin sentido. Volver a lo simple y entender que los bebés descubren el mundo a través de lo más cotidiano. Evitar el consumismo es un punto a favor.
b) estimular el sentido del orden. Los bebés lo perciben y se acostumbran a poner todo de nuevo en la canasta.
c) prueben de armar canastas por ítem, Por ejemplo: de sonidos, por colores, de elementos de la naturaleza, de textura, de temperatura (botellitas con líquidos frío, tibio)
Suerte!